martes, 25 de junio de 2019

La Huelga de Hambre (Venezuela)


La huelga de hambre es una herramienta de lucha no violenta, que consiste en renunciar a cualquier tipo de alimentación para reivindicar el cumplimiento de algún derecho, eliminar reglas o normas consideradas ilegítimas por el sujeto huelguista. Este método de lucha pacífica, se ha convertido en un arma de difusión a nivel internacional para la clase trabajadora desde épocas remotas hasta nuestros días, golpeados frecuentemente por el martillo implacable del patrono y ante la complicidad del estado.

  ¿Pero qué pasa cuando el patrono es a la vez el estado?

En Venezuela, la clase obrera ha sido la más golpeada por las políticas neoliberales de un gobierno autoproclamado “socialista”, pero que hambrea a su pueblo mientras beneficia a minorías nacionales y extranjeras, políticas recurrentes desde épocas del caudillo militar Hugo Chávez y continuado por su heredero el falso obrero Nicolás Maduro.

Muchas son las herramientas y métodos de acción directa que se han empleado para luchar contra un gobierno militar totalitarista que actúa con alevosía de las formas más sanguinarias conocida. Cualquier forma desesperada para ser escuchados, como lo es la extrema huelga de hambre indefinida.

50 ex trabajadores petroleros iniciaron hace casi 30 días una huelga de hambre en la ciudad de caracas, a pocos metros del palacio presidencial, obreros victimas del patrono estado que se niega a reconocer sus beneficios laborales sumiéndolos en la pobreza, reclamando una indemnización que el propio gobierno se habría comprometido a cumplir, pero jamas lo hizo. Es asi como de forma voluntaria mostrando de este modo su decisión de morir si no consigue lo que pretende, es decir, que se cumplan sus reivindicaciones laborales pendientes, los obreros tomaron la iniciativa.

El grupo de manifestantes, que representa a un grupo de 586 afectados de todo el país, optó por esta opción de protesta luego de pasar 17 meses deambulando por las distintas instituciones oficiales de la capital venezolana con la esperanza de que fueran escuchados sus reclamos. Aun así Los huelguistas, ex trabajadores de Exxon Mobil, aguardan una respuesta del régimen de Nicolás Maduro para que les cancelen la deuda que mantienen con ellos desde 1997. Se espera que el martes se reúnan con las autoridades para buscar soluciones. 

Los trabajadores fueron subcontratados para laborar en la empresa estadounidense ExxonMobil, pero el presidente Hugo Chávez la expropió en 2007. Desde entonces la compañía presentó una denuncia en la que pedía 20.000 millones de dólares para resarcir los daños ocasionados.

José Mai, vocero de los trabajadores, aseguró que 12.000 empleados pertenecían a las actas convenios en las que ofrecían un contrato colectivo, pero solo les pagaron a 8.000 de ellos en 2016, "a los que son hijos de sindicalistas", sindicato manejado por esquiroles del régimen.

La protesta por el dinero comenzó de manera activa hace 17 meses en la capital. Manifiestan desde hace seis meses en la plaza de La Moneda; anteriormente estuvieron en la plaza Lina Ron, en Candelaria, durante seis meses, y en la plaza Alfredo Sadel, por cuatro meses.

Sobre cartones en el piso, los hombres esperan que el régimen de Nicolás Maduro les pague la deuda. Sábanas finitas son lo único que los protege del clima y la incomodidad. Muchos duermen por  horas y señalan que están débiles. Solo ingieren agua en horas determinadas y beben de envases plásticos cortados de forma rudimentaria.

Después de años de trabajo, esos hombres exigen sus pasivos laborales. Gritan "¡somos petroleros, no somos guarimberos!". Muchos de ellos no saben con certeza la cantidad exacta de dinero que deben recibir.

Las víctimas fatales.

Producto de la agonía, tan solo quedan 17 de los 50 huelguistas, al no soportar las duras condiciones, y 2 de ellos lamentablemente murieron a causa de esto.

Héctor Molina, uno de los ex trabajadores petroleros que se encontraba en huelga de hambre falleció luego de sufrir un infarto el jueves 20 de junio. Así lo informaron sus compañeros de huelga. La víctima tenía 72 años. Pocas horas después, la segunda víctima, Urbano Zapata, de acuerdo con sus compañeros sentía malestar excesivo por lo que sus familiares lo llevaron a su casa donde falleció.

Los anarquistas.

Como anarquistas, es nuestro deber apoyar la lucha de estos obreros en reclamo por sus derechos, no dejarles morir en la lucha por reivindicaciones que le permitan vivir con dignidad. Rechazamos el estado patrono, rechazamos el gobierno, rechazamos la explotación de la clase obrera y la partidocracia dentro de las empresas estatales, la solución está en la rebelión popular que permita a los trabajadores auto gestionar las empresas, ese es nuestra meta, sin patronos privados ni estatales. Invitamos a los trabajadores y a todo el pueblo en general a no permitir una injusticia más, una muerte inocente más, es el momento de la unión para construir una alternativa diferente, la alternativa libertaria.

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